Domeño Viejo es un lugar de gran interés histórico y emocional en la provincia de Valencia. Este antiguo pueblo, que se encontraba en el valle del río Turia, fue desalojado y posteriormente sumergido bajo las aguas del embalse de Loriguilla en la década de 1980. Domeño Viejo no solo representa un ejemplo del impacto de las grandes obras hidráulicas en las comunidades locales, sino que también guarda las memorias y las historias de las personas que alguna vez lo llamaron hogar. En este artículo, exploraremos la historia, el desalojo y el legado de Domeño Viejo.
Historia
Orígenes
Domeño Viejo, conocido simplemente como Domeño hasta la creación del nuevo asentamiento, tenía sus raíces en la época medieval. Fue fundado durante la Reconquista y formó parte del Reino de Valencia. A lo largo de los siglos, el pueblo creció y se desarrolló, basando su economía en la agricultura y la ganadería, aprovechando la fértil tierra del valle del Turia.
Vida en el Pueblo
Antes de su desalojo, Domeño Viejo era un típico pueblo valenciano con una iglesia parroquial, una plaza central, pequeñas calles empedradas y casas tradicionales. La vida en el pueblo giraba en torno a la agricultura, con la comunidad cultivando principalmente cereales, olivos y viñedos, además de la cría de ganado. La cohesión social y las festividades locales eran una parte integral de la vida en Domeño.
Desalojo y Sumersión
Proyecto del Embalse de Loriguilla
En la década de 1970, el gobierno español puso en marcha el proyecto del embalse de Loriguilla, una gran obra hidráulica destinada a mejorar el suministro de agua y la gestión de recursos hídricos en la región. Este proyecto implicaba la construcción de una presa en el río Turia, lo que resultaría en la inundación de varias localidades, incluido Domeño Viejo.
Proceso de Desalojo
El proceso de desalojo comenzó en los años 70 y se prolongó hasta principios de los 80. Los habitantes de Domeño Viejo fueron realojados en un nuevo asentamiento construido específicamente para ellos, conocido hoy como Domeño. Este proceso fue traumático para muchos, ya que tuvieron que abandonar sus hogares ancestrales y sus tierras cultivadas durante generaciones. Aunque las nuevas viviendas ofrecían mejores condiciones de vida en muchos aspectos, el traslado dejó una huella emocional profunda en la comunidad.
Sumersión del Pueblo
Una vez desalojado, el viejo pueblo de Domeño fue demolido y sumergido bajo las aguas del embalse de Loriguilla. En épocas de sequía, cuando el nivel del agua baja, es posible ver los restos del antiguo pueblo emergiendo, lo que sirve como un poderoso recordatorio de la historia y la memoria de los antiguos habitantes.
Legado y Memoria
Recuerdos de los Habitantes
Los antiguos habitantes de Domeño Viejo mantienen vivos los recuerdos de su antiguo hogar a través de relatos, fotografías y objetos personales que lograron conservar. Las historias sobre la vida en el viejo pueblo, sus festividades, y la dura realidad del desalojo se transmiten de generación en generación, asegurando que Domeño Viejo no sea olvidado.
Actos Conmemorativos
Cada año, la comunidad de Domeño celebra actos conmemorativos para recordar su antiguo pueblo. Estos eventos incluyen visitas al embalse cuando los niveles de agua lo permiten, ceremonias religiosas y encuentros comunitarios donde se comparten historias y se refuerzan los lazos familiares y de amistad.
Importancia Histórica
Domeño Viejo representa un capítulo importante en la historia de la región y en la historia de las obras hidráulicas en España. Su desalojo y sumersión ilustran los impactos sociales y culturales de estos proyectos de infraestructura. Además, el caso de Domeño Viejo es estudiado en ámbitos académicos para entender mejor los procesos de reubicación y la preservación de la memoria colectiva.
Conclusión
Domeño Viejo, aunque sumergido bajo las aguas del embalse de Loriguilla, sigue vivo en la memoria de sus antiguos habitantes y sus descendientes. La historia de este pueblo nos recuerda los sacrificios realizados en nombre del progreso y la importancia de preservar la memoria histórica. A través de actos conmemorativos y la transmisión de historias, la comunidad de Domeño asegura que las generaciones futuras nunca olviden las raíces de su pasado.
