Segorbe, una histórica ciudad situada en la comarca del Alto Palancia, en la provincia de Castellón, es conocida por su rico patrimonio cultural y natural. Entre sus tesoros se encuentran las antiguas caleras, estructuras que fueron fundamentales en la economía local durante siglos. Estas caleras, utilizadas para la producción de cal, no solo representan un importante legado industrial, sino que también son testimonio de las técnicas tradicionales de construcción y producción que han perdurado a lo largo del tiempo. En este artículo, exploraremos la historia, el funcionamiento y la importancia de las caleras de Segorbe.
Historia
Orígenes y Desarrollo
Las caleras de Segorbe tienen sus raíces en la época romana, aunque su uso se intensificó durante la Edad Media y la Edad Moderna. La cal era un material esencial en la construcción, utilizado para la fabricación de mortero, revocos y en la agricultura para mejorar la calidad del suelo. Segorbe, con su abundante suministro de piedra caliza, se convirtió en un centro de producción de cal, abasteciendo a la región y más allá.
Época de Esplendor
Durante los siglos XVIII y XIX, la producción de cal en Segorbe alcanzó su apogeo. Las caleras, situadas principalmente en las afueras de la ciudad, operaban de manera continua para satisfacer la creciente demanda. La cal producida en Segorbe era conocida por su alta calidad y pureza, lo que la hacía muy apreciada tanto para la construcción como para usos industriales y agrícolas.
Declive y Abandono
Con la llegada del siglo XX y el desarrollo de nuevos materiales de construcción, la demanda de cal comenzó a disminuir. Las caleras de Segorbe fueron gradualmente abandonadas, y muchas de ellas cayeron en desuso. Sin embargo, a pesar de su abandono, estas estructuras han perdurado como testigos silenciosos de un importante capítulo en la historia industrial de la región.
Funcionamiento de las Caleras
Proceso de Producción
El proceso de producción de cal en las caleras de Segorbe era laborioso y requería una gran habilidad y conocimiento. El primer paso era la extracción de la piedra caliza, que se realizaba en las canteras cercanas. Una vez extraída, la piedra se transportaba a las caleras, donde se trituraba en fragmentos más pequeños.
Cocción de la Piedra Caliza
La piedra triturada se colocaba en los hornos de cal, que eran estructuras de forma cilíndrica construidas con piedra y arcilla. Estos hornos se llenaban con capas alternas de piedra caliza y leña, que se encendían y se mantenían ardiendo durante varios días. La cocción de la piedra caliza a altas temperaturas (entre 900 y 1000 grados Celsius) provocaba una reacción química que transformaba la piedra en cal viva (óxido de calcio).
Apagado de la Cal Viva
La cal viva resultante se sometía a un proceso de apagado, que consistía en añadir agua para obtener cal apagada (hidróxido de calcio). Este proceso debía realizarse con cuidado, ya que la reacción exotérmica liberaba una gran cantidad de calor. La cal apagada se almacenaba y se utilizaba según las necesidades, ya sea en la construcción o en la agricultura.
Importancia Cultural y Patrimonial
Patrimonio Industrial
Las caleras de Segorbe son un valioso ejemplo de patrimonio industrial, que refleja las técnicas y conocimientos tradicionales empleados en la producción de cal. Estas estructuras no solo son testimonio de una industria que fue vital para la economía local, sino que también representan la habilidad y el ingenio de las generaciones pasadas.
Conservación y Puesta en Valor
En las últimas décadas, ha habido un creciente interés en la conservación y puesta en valor de las caleras de Segorbe. Las autoridades locales y diversas asociaciones culturales han llevado a cabo iniciativas para restaurar y proteger estas estructuras, así como para promover su conocimiento entre la población y los visitantes. Estas acciones incluyen la creación de rutas turísticas y educativas que permiten descubrir la historia y el funcionamiento de las caleras.
Educación y Turismo
Las caleras de Segorbe se han convertido en un atractivo turístico y educativo, ofreciendo a los visitantes una visión fascinante de la historia industrial de la región. Las rutas guiadas y los paneles informativos permiten a los turistas y estudiantes aprender sobre el proceso de producción de cal y la importancia de esta industria en el pasado. Además, las caleras son un lugar ideal para realizar actividades didácticas y talleres relacionados con la arqueología industrial y la conservación del patrimonio.
Conclusión
Las caleras de Segorbe, con su rica historia y su importancia cultural, son un tesoro patrimonial que merece ser preservado y conocido. Estos antiguos hornos de cal no solo nos hablan de un pasado industrial próspero, sino que también nos recuerdan la importancia de conservar y valorar nuestro patrimonio histórico. A través de esfuerzos de restauración y promoción, las caleras de Segorbe continúan siendo una fuente de conocimiento y un atractivo turístico, contribuyendo al enriquecimiento cultural de la región y al mantenimiento de su identidad histórica.